La obra de Pedro Sobrado regresa a Torrelavega tras una década con la exposición “Vivir el momento”
Pedro Sobrado es un artista español que nació en Torrelavega, Cantabria, en el año 1936. De formación autodidacta, hizo su primera exposición en Santander en 1959, en la Galería Sur. Dos años más tarde se trasladó a París, donde se quedó a vivir hasta 1976, año en que regresó a España.
En Paris frecuentó la Escuela del Louvre, y más tarde se interiorizando con las corrientes artísticas del momento, que le condujeron hacia la abstracción. En este estilo se mantuvo hasta 1968, año en que volvió a la figuración para quedarse definitivamente.
En su obra le dio gran importancia al dibujo: “Dibujo de línea sobria, que crece en armonía hasta trazar un esquema a modo de campo de cultivo donde cada materia, cada tono, tiene su situación”, expresó.
En París expuso en el Salón des Surindependants y otras galerías; y en los setenta, ya en España, en Valencia. Luego, exhibió en Madridy en la Fundación Santillana, de Cantabria; también en Santander. En 1998 presentó su obra en Chicago.
Pedro Sobrado es un artista más premiado en Francia que en España, donde obtuvo las medallas Arts, Sciences, Lettres; Mérite el Dévovement Français; y Mérite Culturel et Artístiques, etc.
Su producción artística forma parte de estos museos y colecciones:
Museo de Bellas Artes de Santander
Museo de Bellas Artes de Bilbao
Museo del Quijote, Guanajato, México
Colección Gobierno de Cantabria
Texto citado por fuente http://www.artespain.com
Creo que la representación pictórica, mantiene un grado de relación y búsqueda muy próxima con el ejercicio de la lectura. Nos acercamos a mirar el cuadro, con la misma actitud de exploración, que nos proporciona un libro al revelarnos su contenido. Leemos-miramos, para descifrar códigos de signos y entender su escritura e imágenes; el alcance de la información simbólica que proporciona su lenguaje, y las claves técnicas que lo estructuran (materiales, pigmentos, soportes, etc...). Describir para contar una experiencia o un hallazgo artístico, narrar sus efectos, ello también constituye la esencial trama de la pintura, incluso cuando hay ausencia de estilo figurativo, y se subjetiva en un ejercicio de virtuosismo abstracto, existe un intento por comprender su edificación sensible y enigmática.
Leer-observar la pintura de Pedro Sobrado, aporta un reparador efecto de serenidad y equilibrio. Hay matices estilísticos que inducen a la reflexión sensible, un modo de crear casi orientalizante. Establece efigies definidas por un sólo trazo, que se desplaza con espontánea fluidez, sobre la superficie de la obra. Son encuentros estéticos que constituyen todo un manifiesto, producido para enaltecer la hermosa presencia humana, ya sea por calles, paisajes o en actitudes sedentes . Al contemplarlos se experimentan una sensación de placidez y ternura, escenas reflejadas con habilidad por un pintor que domina los recursos necesarios, y se recrea en imaginar discursivas y breves historias. En la obra de Pedro Sobrado concurren múltiples lecturas, articuladas siempre alrededor de la presencia humana, sus cuadros y dibujos establecen una minuciosa y ágil descripción del tránsito, la movilidad, la elegante esencia de las siluetas humanas. Los contornos delicadamente perfilados de interiores o paisajes urbanos, repletos de vida. Fisonomías anónimas, escenificando su apariencia de levedad sobre el papel o el lienzo, como si establecieran en un instante detenido, la forja alegórica de la frágil belleza. Deleitarse en ellas, nos ilustra de cuan intemporal es el arte, en un mundo cambiante e imprevisible, al deslizar ante los ojos, nuevas y sugerentes imágenes, con perspectivas plásticas de contemporaneidad.
No cabe duda que su estancia en París y la influencia de Matisse, constituyeron un sólido ascendente inspirativo en Pedro Sobrado, pero es la voluntad por eludir lo accesorio en la construcción de la obra artística, por escenificar su estructura dibujística, su entramado eficaz de líneas y manchas de color, utilizado como recurso dúctil y alusivo, de una técnica expresiva y llena de avisos cómplices con la figuración, lo que caracteriza con mayor evidencia toda la creación de este artista torrelaveguense.
La evolución de su trabajo le ha hecho acreedor de un lenguaje moderno de expresión inmediata, constatable en la eficaz plasmación de prototipos urbanos, retratados en un símil de encuentro y habitabilidad. Una evidencia de ciudad, confirmada por el fluir de sus habitantes ; 'los paseantes' que contemplan y son contemplados, en ocasiones discurriendo por las calles, sentados en parques públicos, dialogando o simplemente en actitud de ausencia meditativa. Estos son los motivos actuales que capta Sobrado en sus obras, sin olvidar los magníficos retratos o escenas de 'interiores', con su rasgo de recóndita contemplación o su abandono al discurrir del tiempo, casi siempre con un libro en las manos. Resultan conmovedoras tales imágenes, cuando de manera sobreentendida, se muestran en escenas cotidianas de la vida real y nos parecen tan familiares, que podemos identificar incluso sus parecidos con alguien que pasa a nuestro lado; advertimos la expresión de los ojos y las sonrisas, cuando en realidad es una cara vacía de formas. Este es el milagro que se disfruta en las obras de Pedro Sobrado, la enorme vitalidad que respiran sus composiciones, iluminadas por la gracilidad del esbozo instantáneo, la elegancia de los diseños de moda, ligeros y dinámicos
Sostengo que si Pedro Sobrado trabajara en otros ambientes y lugares de nuestra geografía nacional, sería aún más celebrado, pues el dominio técnico del dibujo y la moderna concepción del color que posee, satisfaría a la perfección las necesidades del diseño y la publicidad, tan obligadas en el mundo de la comunicación que hoy día domina los horizontes artísticos.
Texto citado .
JESÚS ALBERTO PÉREZ CASTAÑOS
Diario Montañes 18.02.11
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